
Cuando en el banco le preguntaron que por qué había guardado por tanto tiempo ese dinero, su respuesta fue aleccionadora: “Ahorré para los días en los que no pueda mendigar. Sé que llegaré a vieja y no podré seguir, entonces fui prudente y ahorré para mi pensión”.
Son básicamente dos las lecciones que nos da la Sra. Das. En primer lugar, que casi no existen excusas para iniciar un plan de ahorros, así sea con cantidades minúsculas, siempre y cuando ese ahorro sea continuo y sistemático. Pero lo más importante, es la capacidad de concientizar que nuestra vida productiva tiene un ciclo que cierra con una etapa de declive, y que por tanto debemos estar preparados para no disminuir nuestro nivel de vida, lo cual sólo se logra ahorrando en el presente para retirarnos dignamente.
Aquí podrán consultar una reseña completa del caso de Laxmi Das
No hay comentarios:
Publicar un comentario