Alguna vez te has preguntado por qué la gente es capaz de asumir ciertas actitudes en algunos lugares, aún cuando ese comportamiento no es el que práctica con mayor frecuencia. Por ejemplo, ¿por qué una persona no es capaz de botar un papel en el piso de las instalaciones del metro de caracas, cuando lo hace con mucha frecuencia en cualquier otro lugar de la cuidad?.
Parte de la respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en una teoría elaborada por James Wilson y George Kelling en 1982, llamada Teoría de las Ventanas Rotas. Según esa teoría, si en un edificio aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas terminan siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? porque la ventana rota envía un mensaje: aquí no hay nadie que cuide de esto!. En otras palabras, el crimen, en cualquiera de sus facetas, es el resultado inevitable del desorden.
En sus principios, esta fue una teoría aplicada en el campo de la criminología, pero con el tiempo ha sido replicada a otras áreas de las ciencias sociales y ha servido para explicar, incluso, el comportamiento no sólo de los criminales sino de la sociedad en general. Sólo pensemos en otro ejemplo, se han fijado como cuando aparece un grafitti en una pared de la cuidad y ésta no es limpiada pronto, el resto de las paredes comienzan a aparecer pintadas en su totalidad?
En el campo de las políticas públicas la aplicación de esta teoría tiene mucho que aportar. Una referencia muy clara está en la estrategia que tuvo el antiguo alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani con el plan "Tolerancia Cero", basado principalmente en la teoría de las ventanas rotas.
Sin embargo, no hay que ir tan lejos par entender la teoría, piense por un momento en cómo se han agudizado los problemas de su urbanización o edificio, porque simplemente la administración o la conserjería no han hecho bien su trabajo.
El mensaje es claro, una vez que se empiezan a desobedecer las normas que mantienen el orden en una comunidad, tanto el orden como la comunidad empiezan a deteriorarse, a menudo a una velocidad sorprendente. Las conductas incivilizadas se contagian!!
En estos tiempos de elecciones regionales, sólo bastaría que los que resultaran electos tengan la voluntad de "recoger los vídrios" para que parte de los problemas de las ciudades comenzaran a solucionarse. Ojo no olvidemos la responsabilidad que como ciudadanos también tenemos en la solución de esos problemas.
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